quinta-feira, 10 de outubro de 2013

MUJERES DE LA REFORMA 

Elisabeth Cruciger, poetisa


De aquí a cinco años en 2017 estaremos conmemorando los 500 años del Movimiento de la Reforma. Cuando oímos o leemos sobre la Reforma, generalmente los primeros nombres que aparecen son: Lutero, Calvino, Zwínglio.  Infelizmente, las historias de las mujeres de la Reforma fueron silenciadas e invisibilizadas.  

Mi compromiso con el Jubileo de la Reforma es recuperar esas historias de vida.  Es eso lo que haré este año en esta columna; repartir con ustedes, lectoras y lectores, algunas historias de vida de mujeres que marcaron y marcan la historia del protestantismo.
Inicio retratando la primera poetisa y compositora del protestantismo. 

Elisabeth von Meseritz nació en 1500 en la Pomerania, en la divisa entre Alemania y Polonia.  Muy temprano, ella fue para el Convento Hermanas de María de la orden de los Premonstratenses en Treptow junto al Rio Rega.  Se sabe que el convento era uno de los únicos lugares que ofrecía educación para las mujeres.  Allá ellas aprendían a leer, escribir, matemáticas, música y tenían también la oportunidad de aprender la lengua culta de la época, el latín.  Se tiene noticias que Elisabeth intercambió correspondencia de cuño teológico con un judío bautizado, llamado Joaquim de Stettin.  

En 1522 ella deja el Convento y fue recibida en la casa de Juan Bugenhagen, en Wittenberg.  Allá ella conoció el alumno y colaborador de Lutero, Gaspar Cruciger, con quien se casó en 1524, marcando oficialmente el primer matrimonio protestante (una ex-monja y un profesor/pastor).  Ella dio a luz un hijo y una hija.  Las familias Cruciger y Lutero mantuvieron una fuerte amistad.

Probablemente, ella también estuvo involucrada en las discusiones teológicas en las “conversaciones a la mesa”.  Elisabeth falleció en 1535.
En el año de su matrimonio, en 1524, Elisabeth escribió el primer himno protestante que se encuentra en el himnario oficial de la Iglesia Evangélica de Alemania n. 67, siendo cantado en el último domingo de Epifanía.  El himno compuesto por  Elisabet demuestra también conocimiento de la Biblia, lo que era muy importante en el movimiento de la Reforma.  Por ejemplo, ella llama a Cristo de estrella de la mañana.  Eso hace referencia al texto bíblico de Apocalipsis 22.6.  El mensaje de este himno afirma que la fe cristiana no es apenas un acto de comprensión intelectual, sino un movimiento del corazón, dirigido no para el cielo distante sino para una espiritualidad comprometida en la vida concreta.  

Quien sabe, brote en nosotras y nosotros el compromiso de recuperar este profundo himno de la primera poetisa y compositora protestante en el himnario oficial de la IECLB.

* Coordinadora de estudios en la Academia de Misión en la Universidad de Hamburgo, Alemania. 

Dra. CLAUDETE BEISE ULRICH *

FUENTE: JORNAL O CAMINHO


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